viernes, 5 de junio de 2009

Dos palabras…


Un “te amo” enamorado
suena a eterno,
a versos nunca escritos
y a poesía en cada cosa que se mira.
Late fuerte y provoca dulce arritmia.
Pinta las mañanas en azul
y a las tardes rojo-corazón.
Se siente a maravillas nunca vistas,
huele a jardines inventados
y no hay sabor que lo supere.
Nubla la razón de quien lo escucha
quien nunca titubea para defenderlo de feroz manera.

Un “te amo” eterno cuando se termina
se lee a verso herrumbrado,
a poesía cursi y cercanamente ajena.
Pinta las mañanas de mañanas
y el tictac del corazón es cosa sana.
Huele a sal y olvido y la comida sabe a nutrimento.
Las maravillas son cosas rutinarias
que sólo asombra en revistas y en documentales.
La mirada es clara y la razón
destroza lo que con amor se había forjado.

Un “te amo” escrito o recitado
se compone de dos únicas palabras.

La palabra es de Dios lo mismo que del diablo;
uno es quien se encarga de decirla,
escribirla o recitarla.
Uno es también quien le da la fuerza
y el valor que se merece;
decidiendo cuál de ellos dos puso
en la boca, en versos y poesía, esas dos palabras.

Due® 5 de junio 09

1 comentario:

Alondra dijo...

Dos palabras muy intensas
sembradas en el alma
con derroche de pasión.

Precioso poema,

Rosa Reeder