miércoles, 8 de julio de 2009

Cambios...


Será tu piel, la razón o algún recuerdo,
tal vez la necesidad de saber como me encuentro
o la terquedad de darle vueltas
a la daga que dejaste en mi espalda.
Como sea, estoy cierto que algo moverá
a tu conciencia y aparecerás de nuevo,
saldrás de la chistera con disfraz de “aquí no ha pasado nada”.
Te lo dije amor,
sin preguntas ni morales descompuestas
aquí estoy, aquí te espero, soy de amar a largo plazo.
Sin embargo corazón, las cosas por acá se han movido,
han cambiado un poco; cambie la cerradura de la puerta
y el jarrón de nuestras flores ahora tiene padre;
le cambio el agua cada día y cuando una flor
se me marchita la repongo sin hacerle duelos ni velorios.
Las alfombras aladinas, aquellas donde hacíamos el amor
mientras volábamos, son ahora simples sabanas cariño,
ya no vuelan, pero vaya que cobijan.
¿Tienes hambre? en la mesa está dispuesto
como siempre tu lugar para la cena,
eso no lo he cambiado, siéntate y te miro,
yo sufrí bulimia de cariño cuando te marchaste.
¿Tu retrato?, has de perdonar mi cielo,
no lo sé, se ha de a ver borrado de tanto no mirarlo,
mis ojos los sequé para no perder de vista el horizonte.
No te ofendas, las cosas cambian.
Pero de verdad aún te amo, yo soy gente de palabra.
Sin embargo hacia frío y el polvo me llenaba de urticaria,
decidí por el bien de mis arritmias no volar de nuevo.
No, la magia ya no la disfruto, no encontré
el sentido de aparecer las cosas que se habían perdido.
Ya lo ves, las cosas se han movido; también tenían destino,
ahora soy un tanto como tú lo eras cuando aprovechaste
el escuchar que aquí te esperaría.
No te fijes, no es reclamo, además el cambio no es tanto,
sólo te lo cuento previniendo otro infarto.
Ya lo sabes, aún aquí te espero,
¿pero dime?, con esto que te cuento
¿tú te arriesgaras de nuevo?

Due® 8julio09

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